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Hoy, 9 de setiembre, celebramos el Día del Cardiólogo rindiendo homenaje a estos profesionales que, con pasión y dedicación, trabajan incansablemente para mejorar la salud y la calidad de vida de sus pacientes. En esta ocasión especial, compartimos testimonios que destacan el impacto profundo que estos médicos tienen en la vida de los corazoncitos y sus familias.

La Dra. Claudia Martínez y su invaluable apoyo
Fiorella y Santiago, padres de Amadeo, de 4 años, nos comparten su experiencia con la Dra. Claudia Martínez:

“Desde el momento en que Amadeo fue diagnosticado, comenzamos a buscar el apoyo que queríamos tanto para él como para nosotros, ya que íbamos a atravesar el proceso juntos como familia. Tatiana, de la Fundación Corazoncitos, nos recomendó a la Dra. Claudia Martínez como cardióloga de referencia. Ella fue quien nos escuchó, guió y explicó cada etapa y procedimiento que atravesamos con nuestro hijo, tanto en el período pre como post operatorio. En ese camino, también conocimos al Dr. Mateo Ríos, quien realizó estudios clave en más de una ocasión para evaluar cómo continuar. Destacamos en ambos su gran calidez humana y el compromiso constante de asegurar que el objetivo final siempre fuera la mejor calidad de vida para Amadeo”.

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Ambos padres resaltan la empatía, dedicación, y el carácter detallista y paciente de la doctora, lo que les brindó una inmensa tranquilidad al tomar decisiones cruciales.

“Siempre respetó nuestras opiniones y decisiones, explicando los pros y contras de cada escenario posible. Recuerdo que una de nuestras mayores incertidumbres como papás era determinar el mejor momento para la intervención de Amadeo. Esa duda y la responsabilidad de tomar la mejor decisión nos acompañaron durante meses, evaluando la situación consulta a consulta. En una de esas consultas, Claudia nos miró y nos dijo: ‘Si fuera mi hijo, lo operaría ahora’. Sus palabras nos dejaron claro que ella no tenía ninguna duda de que ese era el momento adecuado. A pesar del miedo, ese día supimos que no estaríamos solos. Y no lo estuvimos en ningún momento”, añadieron.

El Dr. Roberto Canessa: un amigo dentro y fuera del consultorio
Agustín Vázquez, de 16 años, ha sido sometido a varias intervenciones debido a su cardiopatía. Su cardiólogo, el Dr. Roberto Canessa, ha estado a su lado durante todo el proceso.

“Roberto, más como amigo que como doctor, me ayudó a entender que no soy diferente a los demás y que puedo seguir luchando por todo lo que quiero en la vida. Esa es una cualidad que me define hasta hoy. No solo le agradezco por haberme salvado la vida en varias ocasiones, sino también por su buen humor constante, sin importar la situación. Ir al consultorio era más una reunión con un amigo que una cita médica”.

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“Destaco su sinceridad y franqueza. Es directo, pero siempre de una manera cálida, gracioso, cariñoso, alegre, entre muchas otras cualidades”, agregó Agustín.


El recorrido que un niño o niña con una cardiopatía congénita tiene es a menudo largo y lleno de incertidumbre. Los padres enfrentan decisiones difíciles por lo que el acompañamiento de un equipo médico comprometido y especializado es fundamental para recorrer este camino con más confianza. Estos profesionales, con su experiencia y empatía, no solo se encargan de la salud de los niños y niñas, sino también de dar tranquilidad y apoyo emocional a sus familias.

“Es un trabajo lleno de tensión, sobre todo en los momentos críticos, pero muchos de ellos lo llevan de una manera que transmite calma a sus pacientes, y creo que eso es lo más importante”, comentó Agustín.

“Queremos felicitarlos en su día y decirles que su trabajo es inmenso y salva vidas. Agradecerles no solo por su capacidad para diagnosticar y, en muchos casos, revertir las patologías, sino también por el invaluable apoyo que brindan durante todo el proceso que las familias vivimos junto a nuestros hijos”, agregaron Fiorella y Santiago.

«A las familias que están pasando por situaciones similares, los animamos a confiar en los profesionales que los acompañan. Aunque la incertidumbre pueda ser abrumadora, confíen. Tenemos profesionales altamente capacitados que guiarán cada paso, y nuestros hijos merecen sentir esa seguridad. Como padres, es imposible evitar los miedos, la angustia o la inseguridad en ciertos momentos, pero confiar en el equipo médico hace que todo sea un poco más llevadero».

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